un árbol,
un pozo,
una montaña...
de ilusión.
La idea del proyecto parte del hecho de observar.
Observar con detenimiento, con totalidad. Buscar siempre todas las formas posibles de mirar y todos los ángulos posibles para poder aprender. A través de un proyecto podemos hacer que el visitante se sumerja en una espiral de conocimiento, y llegue a la comprensión a través de la observación total del objeto [ficus].
Negamos la visión única. Ésta es parcial y selectiva: nos obliga a ver bajo los ojos del que nos la quiere mostrar [...]
El proyecto surge como una ironía hacia la vivienda actual.
Tanta gente que lo que más desea en el mundo es tener un adosado en el extrarradio de las ciudades. Tan impersonales, tan iguales, tan 'feos'. Donde la relación entre vecinos es inexistente, y donde el coche es el medio de transporte imprescindible y necesario. ¡Qué ironía! Que haya gente que no tenga qué llevarse a la boca, un lugar donde refugiarse, asearse o dormir.
El proyecto quiere ser un lugar de refugio y de encuentro para estas personas. Donde poder dormir, asearse, comer y relacionarse con más gente. 'Un barrio de adosados' en el que se introduce un factor fundamental: la humanidad.